1. Orando en todo tiempo (v.18a)
Orando:
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Súplica, deprecación (consiste en dirigir un ruego o súplica ferviente), ruego que se hace a Dios o a los santos.
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Elevación de la mente a Dios para alabarlo o pedirle mercedes.
* La palabra griega da sentido de orar a Dios, en algunas otras ocasiones se utiliza como pedir.
Todo:
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Dicho de una cosa: Que se toma o se comprende enteramente en la entidad o en el número.
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Cosa íntegra.
* Esta palabra en el original también podría traducirse como continuamente o siempre.
Tiempo:
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Duración de las cosas sujetas a mudanza.
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Época durante la cual vive alguien o sucede algo.
En el lenguaje original existen dos palabras para denotar tiempo:
Cronos que expresa un periodo de tiempo, que puede ser largo o corto (en cuanto cantidad) y Kairos que expresa la caracterización de ese periodo por algunas particularidades (en cuanto calidad).
La palabra usada en este versículo es "kairos", es decir, podríamos considerar que este tiempo esta caracterizado por nuestra conversación con Dios, es un tiempo de calidad.
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Estudiábamos la vez anterior que nuestras oraciones debían ser con:
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Contrición (Isaías 58:9; 2 Crónicas 7:14)
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Sinceridad (Jeremías 29:13)
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Fe (Marcos 11:24)
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Justicia (Santiago 5:16)
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Obediencia (1 Juan 3:22)
Existen maravillosas promesas de respuesta para el que le invocare (Salmo 91:15), para los que clamen (Jeremías 33:3; Isaías 65:24) y para los que permanezcan en obediencia a sus mandatos (Juan 15:7).
Ya sabemos lo que debe tener nuestras oraciones para que lleguen al trono de Dios como esas hermosas ofrendas que nos relata Juan en Apocalipsis (Apocalipsis 5:8), pero también, es importante, conocer que es lo que hace que nuestras oraciones no sean aceptadas por Dios.
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Desobediencia (Deuteronomio 1:43-45)
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Pecados Ocultos (Salmo 66:18)
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Indiferencia (Proverbio 1:28-29)
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Negligencia de la misericordia (Proverbio 21:13)
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Desprecio por la Ley (Proverbio 28:9)
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Por culpabilidad de homicidio (Isaías 1:15) algo para reflexionar (1 Juan 3:15)
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Iniquidad (Isaías 59:2; Miqueas 3:4)
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Terquedad (Zacarías 7:13)
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Inestabilidad (Santiago 1:6-7)
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Intemperancia (Santiago 4:3) "Falta de templanza o moderación, sobriedad y continencia."
Antes bien Dios escucha aquella oración verdadera, aquella sincera con manos santas, como el publicano, que con una oración breve, pero derramando su alma ante Dios, recibió la misericordia de Dios. Así lo relata también el libro de los Salmos (Salmo 34:17) o Salomón (Proverbios 15:29).
Además de eso, debemos tener en claro que nuestras oraciones, muchas veces no son contestadas, ya que no están sujetas a la voluntad de Dios, como por ejemplo, cuando Moisés pidió a Dios que le dejase ver su gloria, pero no le fue permitido ver su rostro (Éxodo 33:20), otro ejemplo es nuestro hermano Pablo solicitando ser sanado, pero Dios le dijo que solo debía bastarle su gracia (2 Corintios 12:8-9). Por lo tanto, debemos primero que nada conocer la voluntad de Dios para pedir con respecto a su voluntad. (Santiago 4:3; Mateo 6:33)
Algunas otras cosas respecto de como podemos clasificar la oración.
Compañía
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Secreta (Daniel 6:10; Mateo 6:6; Hechos 10:9)
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Social (Lucas 1:10)
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Familiar (Hechos 12:12; Hechos 1:14)
Duración
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Breve (Lucas 18:13; 1 Crónicas 4:10)
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Prolongadas (Juan 17:1-26; Mateo 14:22-25)
Según las posiciones
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Inclinados (Génesis 24:26)
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De rodillas (Hechos 7:60; Efesios 3:14)
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De pie (Lucas 18:11)
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Postrados sobre el rostro (Mateo 26:39; 1 Reyes 18:42; Números 20:6)
Como resumen de lo aprendido sobre la oración, tenemos que tener claro que debemos orar derramando nuestra alma delante del señor, con sinceridad y buscando su voluntad. Y esta acción debe ser permanente, constante, para que el tiempo que tengamos de cristiano o de hijos de Dios, en este sentido sea un kairos de oración, un tiempo de calidad en oración.
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