Velad

Partes de la Armadura

Podemos distinguir dos grandes grupos en cuanto a ámbitos o características de la armadura. Primero la de vestiduras, ejemplificadas con la armadura clásica de los soldados romanos de esa época  (siglos I y II del imperio Romano que fue su época de esplendor). Esta armadura estaba compuesta por varias partes que sirvieron para ejemplificar la armadura espiritual que nosotros debemos tener, para enfrentar enfrentar la batalla espiritual día a día y como segundo aspecto tenemos la actitud, con la que debemos disponernos al estar vestidos con la armadura. Ningún soldado se pone la armadura y luego duerme o está distraído, sino que adopta una actitud para enfrentar la batalla.

A) Aspecto de vestidura

  1. Ceñidos vuestros lomos con la verdad (v.14a)
  2. Vestíos con la coraza de justicia (v.14b)
  3. Calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz (v.15)
  4. Tomad el escudo de la fe. (v.16)
  5. Tomad el yelmo de la salvación. (v.17a)
  6. Tomad la espada del Espíritu. (v.17b)

B) Aspecto de actitud

  1. Orando en todo tiempo (v.18a)
  2. Velando (v.18b)

Nos centraremos en el punto B.2:  Velando (v.18b)

Velando (Velar)

  1. Hacer centinela o guardia por la noche.
  2. Observar atentamente algo.
  3. Estar sin dormir el tiempo destinado de ordinario para el sueño.
  4. Cuidar solícitamente algo.

* La palabra griega da sentido a mantenerse despierto, pero no solo el hecho, si no que además “estar vigilante”, o sea, estar dedicado a esto.

Para poder clarificar el contexto de al menos este versículo compararemos distintas traducciones y versiones.

(NTV) Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.*

(NVI)  Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos. 

(RV1960)  orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

(Jerusalem 2001)  siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu, velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos, 

(LBLA)  Con toda oración y súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 

(BL95)  Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos. 

(BLPH) Y todo esto háganlo orando y suplicando sin cesar bajo la guía del Espíritu; renuncien incluso al sueño, si es preciso, y oren con insistencia por todos los creyentes.

(DHH-D)  No dejen ustedes de orar:[r] rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo. 

(TLA)  No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios. 

La orden junto con la oración, que la revisamos extensamente en nuestro estudio anterior, es que debemos velar; pero este velar, como veíamos en la definición, no es solo privarse del sueño si no que también tiene que ver con observar atentamente o cuidar solícitamente algo. ¿Que es lo que debemos cuidar o atender tan solícitamente?

Bajo el contexto de lo que es la armadura de Dios, podemos dar dos puntos de vista:

1. Debemos estar preocupados de tener toda la armadura puesta

Desde la primera pieza hasta la última, ¡esta debe ser nuestra principal preocupación!, de hecho durante todo el pasaje, cada uno de los verbos se encuentra escritos como una orden, no como una opción. Es nuestro deber, dicho de otra forma, como soldados de Jesucristo tener toda nuestra armadura puesta.

El velad, también aparece en muchos otros pasajes de la Biblia, haciendo referencia en general, a Tener cuidado de aquel que nos acecha como león rugiente (1 Pedro 5:8). La enseñanza en este pasaje comienza con velad, por lo tanto nos reafirma lo que en nuestro versículo principal de Efesios, nos revela. La actitud en nuestra vida debe ser de cautela, de mantenerse alerta. El enemigo, entre mas nos acerquemos a Dios, mas nos dará batalla y el es astuto, usara sus mejores armas de ataque para hacernos caer.

El mismo Jesús nos enseñó (Mateo 26:41) que debemos velar para no entrar en tentación. Jesús al ir a orar en los momentos previos a que fuese entregado, reconoció el peso que tenía sobre si por lo que iba a suceder. El Maestro invitó a los que lo acompañaron a vigilar junto a él y se aparto mas adelante a orar. Cuando regresó, encontró a los discípulos durmiendo y les recriminó que hayan velado UNA HORA!!. Luego nuevamente se retiro a orar, al volver nuevamente los encontró durmiendo pero esta vez no los molesto. Nuevamente se retiro a orar y al regresar por tercera vez les dijo que ahora podían descansar por que ya era la hora que debía ser entregado.  ¿Si el Maestro nos invita a velar con él, seriamos capaces de obedecer y al menos por una hora estar como él nos pide? ¿O estamos como los discípulos que quizás aceptaron el desafío pero no lograron fortalecerse y estar en una actitud apropiada?

En nuestra vida espiritual no debemos estar tambaleando en nuestro estado de alerta, (1 Corintios 16:13) Pablo en este pasaje les encarga a los Corintos en sus últimas líneas que deben velar y estad firmes en la fe, ¿acaso Jesús en el pasaje anterior nos enseña que debemos velad para no entrar en tentación?, ¿no debemos entonces bajo estos conceptos y estos versículos velar para no caer de nuestra fe, para comportarnos como verdaderos hijos de Dios, y no dar lugar al Diablo? (Efesios 4:27).

2. Debemos estar alerta y preparados para la venida de Cristo.

(1 Pedro 4:7) Esta es nuestra mayor esperanza.

Uno de los pasajes, que de los mismo labios de Jesús fue escrito (Lucas 12:35-40) indica que debemos estar vigilando como buenos siervos de Dios, y a pesar de que pase la primera, la segunda o la tercera vigilia, él nos encuentre haciendo así, y además agrega una bienaventuranza!. Esto también se lo repite a los discípulos en otro momento, cuando les habla de la venida del hijo del hombre (Lucas 21:36)

Esta misma enseñanza les dio Pablo a los Tesalonicenses (1 Tesalonicenses 5:6) que nosotros no debemos estar como los demás, como aquellos que están confiados en cualquier cosa menos la mano de Dios. Debemos perseverar en el velar y la oración.

Por lo tanto, como bueno soldados de Jesucristo es una orden lo dicho por Pablo: "Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes" y cuando Cristo venga pueda decir: "Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su Señor venga, le halle haciendo así". (Lucas 12:43)

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