Libertad I

Libertad.

  • Estado o condición de quien no es esclavo.
  • Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos
  • Facilidad, soltura, disposición natural para hacer algo con destreza.

* En el texto original habla de una libertad legitima (genuina) y principalmente de una libertad moral o ceremonial.

Cuando estudiábamos sobre lo que era el ser redimidos por Dios, una de las palabras griegas que se traduce como redimir o redimidos es lutroo. En esa oportunidad veíamos que ella habla sobre el pago realizado y el acto mismo de liberar, cortando las cadenas del esclavo que estaba en venta.

En este pasaje, Pablo nos enseña en qué debemos estar firmes, o dicho de otra forma, nos amonesta a perseverar y estar de pie en la libertad que Cristo consiguió en la cruz y en la que nosotros, no hemos tenido nada que ver. Y no es una libertad limitada, si no que es verdadera y completa (Juan 8:36).

Cuando la serpiente engaño a Eva, lo hizo con una "verdad mentirosa", diciéndoles que no iban a morir y que serían iguales a Dios. Desde ese momento el hombre quedó esclavo de esta gran mentira y esto a durado hasta la actualidad.

¿Cual es la solución?

Para comenzar a vislumbrar y entender de donde proviene la solución, nos debemos remontar al antiguo testamento, ver el gran mensaje de liberación que el Señor envío a su pueblo por medio de Moisés (Éxodo 6:6) y recordar las grandes proezas que hizo Jehová para cumplir ese mensaje, como por ejemplo milagros, plagas, protección entre otras. Antes de entregar la Ley a su pueblo, él les recuerda de donde los había sacado (Éxodo 20:2), Jehová mismo prohibió la esclavitud permanente dentro de su mismo pueblo (Deuteronomio 15:12-15) y a esto podemos agregar que los mismos profetas hablaron en contra de esta. (Nehemías 5:4-8). Por lo tanto desde aquellos tiempos, Dios nos muestra sus intenciones con respecto a la esclavitud: Anularla completamente.

En la actualidad, si bien en la mayoría de las naciones del mundo se ha decretado por medio de leyes la abolición de la esclavitud, aun en algunos países sigue existiendo (Mauritania, Sudan) teniendo una taza aproximada a nivel mundial, de 3 de cada 1000 personas, las que son obligadas a trabajo forzado.

Ahora si lo llevamos al terrenos espiritual ¿Quien es quien nos liberta de la esclavitud?

  1. Dios: Al obedecer a su palabra nos liberta de pecado y nos lleva a vivir en servicio a la justicia. (Romanos 6:17-18)
  2. Cristo: La libertad que él nos dio es un bien preciado que debemos cuidar, ya que algunos encubiertos quieren volver a esclavizarnos (Gálatas 2:4; 5:1). Si es Cristo el que nos da la libertad por medio de el gran acto de amor al entregar su vida, recibiremos la autentica libertad (Juan 8:34-36).
  3. Espíritu Santo: El espíritu que hemos recibido al creer en nuestro Salvador, no es un espíritu que nos hace esclavos, si no libres (Romanos 8:15). Donde está presente el Espíritu Santo hay libertad (2 Corintios 3:17).

Es en esta maravillosa trinidad donde encontramos la libertad, ¡la verdadera libertad!. Pero para poder tenerla debemos confiar en Cristo y aceptarle como nuestro salvador, si no, no podemos tenerla. De ahí la enseñanza de Gálatas 5:1, l que nos insta a permanecer firmes en la libertad que Cristo nos dio.  

Debemos obedecer a la sana doctrina. En el momento de cruzar la delgada línea de la tradición nos volvemos esclavos de las costumbres y leyes humanas (Doctrinas de hombres), así como los fariseos a los que el mismo Jesús llamó, “Ciegos guías de ciegos”(Mateo 15:14), acusándoles de “no entrar y no dejar entrar a la gente al reino” (Mateo 23:13). La Sana doctrina, es lámpara a nuestros pies (Salmo 119:105) y nos da la libertad si la buscamos (Salmos 119:45). En cambio los falsos profetas son esclavos y hacen esclavos a los demás (2 Pedro 2:19).

Al mantenernos en esta libertad, podemos entrar confiadamente al lugar santísimo (Hebreos 10:19). Ninguna otra libertad nos permite entrar de esa forma delante de la presencia de Dios. Por lo tanto el consejo del apóstol es sabio, mantengámonos FIRMES en la libertad que Cristo nos dio, no volvamos a los antiguos rudimentos de la doctrina (Hebreos 6:1) y no seamos fascinados a no obedecer la doctrina bíblica (Gálatas 3:1) ya que de esta forma, no volveremos al yugo de la esclavitud.  

Esta libertad no es para dar rienda suelta a nuestra carne, como pensaban los Romanos (Romanos 6:1-2), si no que es para servirnos en amor, entre hermanos (Gálatas 5:13).

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