¿Qué construimos?

Génesis 11:4

Posterior al diluvio Dios hizo una promesa de no volver a destruir a la raza humana por medio de agua, les bendijo y les envió a fructificar y poblar la tierra (Génesis 9:1). De la descendencia de Noé, la que había encontrado gracia frente a los ojos de Jehová (Génesis 6:8), salieron hijos o nietos que no siguieron el camino del bien que Dios quería. A pesar de la gran obra de salvación que Dios había hecho, al poco tiempo lo olvidaron y dieron rienda suelta a las pasiones de su corazón, las que eran de continuo al mal (Génesis 6:5). A pesar de que ellos tuvieron la oportunidad de comenzar a hacer las cosas como Dios quería, no tomaron esta oportunidad y la desecharon rotundamente. 

Desde la descendencia de Cam nos encontramos con uno de los hijos de Cus, Nimrod (Génesis 10:8). Este fue uno de los primeros poderosos de la tierra (1 Crónicas 1:10) y también era un vigoroso cazador (Génesis 10:9). Su reino comenzó en Babel, además de otras 3 localidades, todo esto en el región de Sinar. Desde este punto es donde nace Babel y es donde se originará lo que posteriormente será Babilonia, una de las ciudades que tendrá sometido y luchará contra el pueblo de Dios en el futuro. 

Como dato, podemos agregar que los historiadores sitúan el origen de Babilonia en la misma época de la construcción de Babel (aprox 2.200 a.C). Lo más probable es que la torre fuese como un Zigurats, una construcción de tipo piramidal (como se puede apreciar en la foto) con al menos ocho niveles y que como altura alcanzaba aprox. los 90 mts. Estas edificaciones terminaban en la cúspide con un templo donde ese tipo de civilizaciones creía que descendían sus dioses. Con el paso del tiempo estas torres recibían nombres que demostraban esa creencia, como por ejemplo "casa de la fundación del cielo y la tierra". La historia también nos indica que esta torre fue reconstruida tantas veces como fue destruida.

Motivaciones de la construcción

La construcción de la torre obedeció al menos a tres razones:

  1. Desobediencia: La orden de Jehová de dispersarse fue clara en Génesis 9:1, pero este grupo no tomó en cuenta las palabras de Dios y decidió establecerse en la llanura.
  2. Orgullo: Estaba en sus corazón construir una cuidad con una gran torre para hacerse un nombre sobre la faz de la tierra. Esto basado en la posibilidad de ser dispersados. Quizás sus intenciones eran o ser reconocidos por esa edificación o tener la posibilidad de poder encontrarse luego de ser dispersados.
  3. Incredulidad: Dios les había prometido no destruir mas la tierra ni al hombre por medio del agua, pero ellos querían tener un lugar donde refugiarse en caso de que un diluvio volviese a ocurrir.

Dentro de estos puntos podríamos incluir dos mas:

  1. Logros humanos: Con la sabiduría que poseían serían capaces de construir tal estructura, la que para esa época era una gran innovación. Esto obviamente traería una oleada de honor, o en otras palabras gloria para el hombre y no para Dios.
  2. Salvación por obras: Ellos de alguna forma querían llegar al cielo, tenían la intención de hacer algo para acercarse a Dios haciendo un esfuerzo humano (Efesios 2:8-9). Debemos recordar que nuestra salvación es por gracia, y no por obras para que nadie se gloríe.

En conclusión, la edificación de este monumento no era para glorificar a Dios, si no para gloria y seguridad del hombre. En este punto histórico comienza la idolatría y Babel fue una de sus principales sedes.  Cuando Jehová descendió a observar, y vio que a pesar de lo que él hiciera, este pueblo terminaría como fuese lo que había comenzado, confundió su idioma, logrando de esta forma que no pudieran entenderse con sus compañeros y que fueran obedientes a su mandato de dispersarse.

Conclusión

En el corazón del hombre siempre ha estado el buscar la gloria personal, ser el mas reconocido, el mas importante. Algunos ejemplo de esto los podemos encontrar en la biblia, en algunos discípulos (Lucas 22:24), en la madre de Jacobo y Juan (Mateo 20:21), los judíos (Juan 5:44), entre otros.

Ahora una pregunta ¿Con que propósito estamos construyendo?. Muchas veces sin darnos cuenta y como algo sutil, construimos para nosotros. Esto en si no es malo, pero si lo es cuando nos jactamos y nos gloriamos en eso, porque estas construcciones toman el lugar que le corresponde a Dios en nuestro corazón. Por supuesto que no es malo desarrollarse, pero en ninguna manera debemos de dejar de enfocarnos en el amor al prójimo y a Dios. ¿Qué es lo que te motiva a trabajar en tu iglesia? ¿A quién sirves, al Dios o a tu Pastor? ¿Cómo te sientes cuanto estás en un liderazgo dentro de la iglesia y el grupo prospera y te felicitan por tu gestión? ¿Con qué motivo pretendes construir una iglesia mas grande o hermosa? son algunas de las preguntas que siempre deberíamos hacernos para no terminar como esta generación que estudiamos.

Otra pregunta ¿Que torres hemos construido en nuestra vida?. Quizás cuantas veces Dios nos ha confundido para no poder terminar dicha construcción y una y otra y otra vez la hemos vuelto a levantar sin tener el discernimiento o el temor de Dios y no entendiendo que no es su voluntad. Siempre debemos obedecer a la voluntad del padre (Proverbios 19:21).

Así como en Babel se estimularon y se unieron en buscar la desobediencia, o de negar la voluntad de Dios, nosotros debemos buscar y estimularnos en las buenas obras (Romanos 14:19). Esto en lo individual, pero además como pueblo de Dios, tenemos la confianza que un día estaremos nuevamente como en esos tiempos en un idioma puro y único para alabar a Dios. (Sofonías 3:8-9).

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