Mateo 5:6
(RV1960) Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
(NTV) Dios bendice a los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
(NVI) Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
(TLA) Dios bendice a los que desean la justicia, pues él les cumplirá su deseo.
Hambre: El diccionario VINE nos indica que esta palabra en griego es: Sentir, tener o padecer hambre.
La RAE define hambre como:
- Gana y necesidad de comer.
- Escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada.
- Apetito o deseo ardiente de algo.
Sed: El diccionario Vine nos relata que en el texto original esta palabra hace referencia a: Tener sed o estar sediento.
El diccionario de la RAE nos ayuda a entender un poco mas este concepto, ya que nos indica que sed es:
- Gana y necesidad de beber.
- Necesidad de agua o de humedad que tienen ciertas cosas.
- Apetito o deseo ardiente de algo.
Obviamente estos dos pasajes no hablan del deseo de cubrir la necesidad de algo, sino que en este caso algo espiritual. Ambas palabras en este pasaje se usan de manera metafórica o figurada, haciendo alusión al hambre y sed espiritual. Además, es importante destacar la coincidencia en la definición de las dos palabras ya que las dos significan "Apetito o deseo ardiente de algo".
El Salmo 42:1 es un pasaje conocido, y en el podemos encontrar una comparación que realiza el autor de esa necesidad de su alma por Dios: “Como el ciervo "brama" por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía”. En hebreo el verbo bramar significa literalmente ansiar o jadear de ansias. Y continua diciendo que su alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. Necesitamos con ansias desear mas que a nuestra propia vida el tener mas de Dios.
Otros pasajes también nos enseñan y recalcan con esta misma figura, el deseo del alma de los distintos autores por Jehová. (Salmo 63.1-2; Salmo 143.6-7; Isaías 26.8-9) Pero el Salmo 84.2 no remarca aun mas el anhelo ardiente por Jehová con estas palabras: “Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo”, las que nos deben llevan a una profunda reflexión sobre cuanto anhelamos a nuestro Creador.
Justicia
También la palabra de Dios nos enseña que debemos de buscar el reino de Dios y su Justicia (Mateo 6.33). Esto engloba todo lo espiritual, pero el pasaje que hemos leído hace una referencia especifica a la justicia de Dios.
El Diccionario Bíblico VINE define justicia como: El carácter o cualidad de ser rectos o justos. Es un atributo de Dios. En este pasaje se hace referencia a todo aquello que es recto o justo en sí mismo, de todo lo que se conforma a la voluntad revelada de Dios.
También, puede hacer referencia a:
a) Todo aquello que ha sido señalado por Dios para que sea reconocido y obedecido por el hombre (Mateo 3.15; Mateo 21.32);
b) La totalidad de las demandas de Dios (Mateo 6.33);
c) Los deberes religiosos (Mateo 6.1), distinguidos como el dar limosnas, el deber del hombre hacia su prójimo (Mateo 6.2-4), la oración, su deber para con Dios (Mateo 6.5-15), el ayuno, el deber del dominio propio (Mateo 6.16-18).
¿Como esta nuestro deseo por todo lo recto, por todo aquello que es conforme a la voluntad de Dios?. Ante esta pregunta tenemos varias instrucciones dadas por Dios por medio de los Apóstoles, como por ejemplo cuando Pedro enseña en su primera carta que debemos desear la leche no adulterada (1 Pedro 2.2), también como lo dice Pablo a los Romanos (Romanos 10.3) ya que algunos que no entienden como Dios hace justicia, preferían aferrarse a su propia manera de hacer justicia. Pablo entendía muy bien este concepto y ya no se esfuerza él para conseguir la justicia, si no que se aferra por medio de la fe a Jesús para conseguirla (Filipenses 3.9). Nuestra justicia viene por medio de la fe en Cristo ¿Cuanto lo deseamos a Él?
Una vez que el ciervo clamó por las corrientes de las aguas, luego de un rato su sed o ansias fueron satisfechas. Y en este mismo pasaje Cristo promete que los que tengan esta gran necesidad serán saciados. En griego esto no solo se refiere a saciar temporalmente si no a una provisión que es abundante, tan abundante y nutritiva que no tendremos sed jamás (Juan 4:13-14).
La provisión entregada por Dios en vida, gracia y justicia es abundante (Juan 10.10; Romanos 5.17). El gran Pastor nos pastoreara en lugares donde no habrá mas sed ni hambre, ya que el agua nunca faltara aunque se haya sequia (Isaías 58.11) y su provisión nos asegura también, lo necesario para ser revestidos de nueva fuerzas (Salmo 103.5).
Una pregunta ¿Con cuanto apetito o cuan ardiente es nuestro deseo de las cosas espirituales? ¿Podemos decir que fuera de lo celestial no hay nada mas deseemos en la tierra? (Salmo 73.25) ¿Nuestra alma esta quebrantada de desear sus juicios? (Salmo 119:20) ¿Suspiramos de deseo? (Salmo 119:131) ¿Cómo esta clamando nuestra alma por las cosas espirituales?
Lo único que debemos escuchar es a Jesús cuando nos dice "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba" (Juan 7.37) y todo esto en forma gratuita (Apocalipsis 21.6; Apocalipsis 22.17) ¿Cómo no aprovechar esta oportunidad de ser llenos de El?
No hay comentarios:
Publicar un comentario